SEXO & SEXUALIDAD… Lo que somos
Después de 10 años leyendo, estudiando, aprendiendo, analizando, entendiendo, comprendiendo y aplicando la Educación Sexual; sigo viendo hoy con preocupación que las personas, Instituciones y hasta los escritores, continúen utilizando el término Sexo y Sexualidad, para hacer interesante, lucrativo y un tanto misterioso el tema en cuestión.
Recientemente, tuve la oportunidad de leer una edición especial que proponía “trabajos eminentemente didácticos, como educación y prevención…”, pero al revisarlo, casi todos, por no decir la totalidad, eran artículos relacionados con mensajes “eróticos” por llamarlo de alguna manera; sólo uno de los tantos artículos escritos hablaba de prevención; pero prevención sobre métodos anticonceptivos, o sea, que los problemas sexuales solo se previenen con estos métodos. De allí que me pregunto: acaso eso es Educación?
Pretender hacer entender a las personas que la educación sexual es eso: educar la sexualidad, ha sido una tarea muy difícil para algunos; sin embargo, otros siguen empleando el término como si fuera erotismo, de allí viene el escepticismo de los padres y mayores de aceptar estos temas y el misterio que gira en las mentes de niños y jóvenes.
De manera que, es difícil llegar a las personas y a los individuos, para tratar de convencerlos de la necesidad que tienen los jóvenes de conocerse y poder entender que ocurre con su cuerpo, sus sensaciones, sus emociones; aceptando que todo ello parte del hecho de que Dios hizo al ser humano con una anatomía perfecta que va variando con los años y esa variación lleva implícitos muchos factores que se deben considerar; uno aunado al otro, hacen del individuo, ese ser, perfectamente creado.
La sexualidad es compleja, pero si cada uno de nosotros la conocemos y la entendemos, sería la solución a todos esos conflictos internos que van aumentando a través de los años en nuestra mente y que de alguna manera nos afecta y en muchos casos perturba a las familias y a las sociedades, convirtiéndose en problemas de salud sexual: embarazos no deseados en adolescentes, infecciones de transmisión sexual, entre otros.
Cuando somos niños y empezamos a comprender (porque nos vemos en un espejo) que somos diferentes los unos a los otros, comenzamos a preguntarnos:... ¿por qué soy más bajito (o alto) que fulanito?, ¿por qué mi pelo es negro (o amarillo, o marrón) y el de zutanito es…?, ¿por qué yo tengo algo que llaman pipí y me cuelga y a ella no se le ve nada?…. Todas esas interrogantes, comienzan a confundir a cualquier niño.
Si como padres, no podemos responderle algo tan sencillo como eso, tengan la seguridad que por algún lado lo va a investigar; si no consigue quien le aclare, busca a la vecinita o a la compañerita del preescolar, para comparar y entender lo que tiene y lo que siente… entonces ocurre, que son sorprendidos en esto por la mamá o la maestra y se escandalizan porque su hijo o la vecinita, son groseros y eso es lo que está aprendiendo en el colegio.
Por lo tanto, explicarle qué es, cómo es, qué siente y por qué, no tiene que leerse ni aprenderse; como adulto hemos pasado por esos momentos, sabemos de qué forma cambiamos y qué sentimos…por qué entonces retrasar las respuestas? queda el niño (a) con la duda, hasta que el tiempo y la curiosidad lo obligan a aprender, pero tal vez, no aprendió como debió y se quedó con los conceptos errados.
Ese niño crece, llega a la preadolescencia y se pregunta: ¿qué me está pasando, por qué me salen pelitos en los sobacos y el pipí (o coco)?, ¿por qué crecen mis teticas?… ¿qué está pasando con mi voz, y por qué mi nariz está creciendo?, ¿por qué estoy sangrando?, por qué boto esa baba de mi cosa?.
Si no le explicamos esas interrogantes, comienza a aislarse porque se avergüenza de lo feo (a) que se ve y/o se siente; su estima comienza a disminuir, a sentir miedo y finalmente, quién es el que lo saca de las dudas?, su compañero (a) que está pasando por lo mismo… Si aprovechamos ese momento y compartimos sus angustias, sería más fácil para el (ella) sobrellevarlo y se sentiría confiado y tranquilo…. pero NO; seguimos siendo indiferentes a sus necesidades y los culpamos de que no nos cuenta nada.
Llega la adolescencia… Etapa crucial, pues es en ésta, a través del ensayo-error, que formamos nuestro patrón sexual; decidimos lo que queremos ser o hacer cuando seamos grandes; nuestro cuerpo comienza a sentir cosas raras que no logramos entender; “si veo un chico lindo (chica linda) el corazón me salta y el estómago se revuelve”, “siento que me pongo duro, si veo a alguien besándose o alguien que me gusta”, “cuando veo a un chamo bello se me moja la pantaleta”.
Las sensaciones, las emociones, son condiciones fisiológicas propias del cuerpo humano, pueden entenderse cuando logro conocer mi cuerpo y cómo funciona; cuando se está claro en cada uno de esos aprendizajes todas las interrogantes desaparecen, pero, quién le explica?, aquellos padres sólo atentos a sus problemas y apáticos o escépticos al tema de la sexualidad, prefiere obviar o simplemente no prestarle atención a esas situaciones; entonces al adolescente no le queda otra alternativa que buscar la información para satisfacer sus necesidades por otro medio; por supuesto, es allí, donde me acerco a mis panas, quienes experimentando los mismos problemas, me entienden; comienza a sentir placer, porque su cuerpo SE LO PIDE, naturalmente. Son condiciones naturales, anatómicas y fisiológicas propias de ese cuerpo perfecto que Dios le dispuso; como consecuencia ocurre lo menos esperado: “por qué metiste la pata” “en esta casa no se ven esas cosas” “porque el fulanito (ta) con quién andas, no te conviene, es muy grosero”.
Ese joven simplemente, lo que necesita es información y lo más grave es que la tenemos pero No se la ofrecemos; vivimos esos momentos, pasamos por allí y sufrimos cada una “de esas dificultades”; entonces, por qué no decirles a nuestros hijos que les está ocurriendo?... la simple verdad: cómo debe cuidarse, por qué debe esperar, por qué debe disfrutar su adolescencia, por qué es importante estudiar y cuál será el fruto de ese esfuerzo…..si verdaderamente amo y respeto lo que Yo formé con mi pareja a través de una relación sexual y de amor, es decir MI HIJO, por qué dejar las respuesta que merece para luego!!!.
Cuando finalmente ese joven se convierte en adulto, se da cuenta que los aprendizajes relacionados con su desarrollo y las respuestas a sus inquietudes, las aprendió fuera de su casa; se convirtió en padre y decidió hacer con la vida de su hijo lo mismo que hicieron con la suya, es decir, dejar que él o ella, reciba la información a través de otros, porque no me interesa o porque es grosero, rebelde o simplemente dejo que la vida le enseñe.
De manera que, la Educación Sexual está presente desde el momento que nacemos y queramos o no le proporcionamos la información sin darnos cuenta a nuestros hijos, entonces, es deber de todo padre, fomentar y proporcionar información a los hijos, porque Ellos TIENEN DERECHOS; derecho a vivir de la mejor manera, sin miedos, sin angustias, con una estima fortalecida; tienen DERECHO de tener una vida sana y NUESTRA responsabilidad es, proporcionárselos.
Tenemos que entender que somos seres sexuados, venimos de la unión de un óvulo y un espermatozoide, aportado, obviamente, por un hombre y una mujer; de manera que la sexualidad está presente desde el momento que nos formamos, hasta que morimos. Toda nuestra vida gira alrededor de la sexualidad; ella tiene que ver con todos los procesos del ser humano, en todas sus dimensiones: anatómicas, fisiológicas, psicológicas e interviene en todos sus contextos: social-ético-moral, emocional, psicológico, político, religioso. Refleja lo que somos, lo que sentimos, lo que hacemos.
Por qué, si la Sexualidad es la vida misma; no buscamos estudiarla, entenderla, comprenderla, analizarla y facilitarla a nuestros semejantes, para que puedan disfrutarla de manera sana y responsable?.
La SEXUALIDAD y la EDUCACIÓN SEXUAL, no son groserías, ni vulgaridades, entonces: por qué le tememos? por qué no la aceptamos?... Nuestra cultura o sociedad o como se le quiera llamar, nos conduce o nos impone situaciones que debemos cumplir y debemos acatar; pero la sexualidad, no es algo que se tenga que imponer, pues es parte nuestra, está en nosotros, viene con nosotros.
Y vuelvo al primer punto que señalé: “mi preocupación” porque se han aprovechado de la sexualidad y de la educación sexual, como temas que tienen que ver con el erotismo. Pues, eso es incierto… Debemos ser responsables. Educar la Sexualidad nos permite conocernos, saber que sentimos, saber que queremos; conocer nuestros derechos sexuales… Y para poder aplicarla, solo tenemos que hacerlo con los términos reales, palabras ciertas, sin errores de conceptos, solo la verdad; dándole el nombre a cada cosa o situación, en este caso refiriéndome muy particularmente a la palabra “SEXO”, la cual ha sido empleada universalmente, como grosería, como placer, como erotismo, como vulgar; definiéndose Sexo como la condición orgánica que distingue al varón de la hembra…NO tiene otro significado.
De manera que, apreciado lector, esta no ha sido tarea fácil para ningún especialista, que por preocupación o convicción ha compartido los temas de la sexualidad; tenemos que estar dispuestos y abiertos a cambiar nuestra forma de ver los temas en lo que a sexualidad se refiere; no podemos seguir permitiendo, que el tema del “SEXO” o “SEXUALIDAD”, que nuestro “ser sexuado”, sea empleado solo para el placer… más allá de ello, es emplearlo para protegerlo, cuidarlo y amarlo… es la única vía: a través de la información y de una educación sexual de calidad, que podremos tener una salud sexual plena y responsable en nuestra sociedad.
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